Llegamos al parking del Soussoueou, y con el petate ya echo, nos ponemos rápidamente a caminar por su cómoda pero empinada aproximación. Llegamos hasta un desvío señalizado,
Bajamos por él, y en breve nos encontramos en el puente de entrada, que marca el inicio del descenso. Muchos barranquistas en las proximidades del inicio. Grupos grandes y pequeños.
Con caudal normal, el barranco se convierte en un bonito rato de ocio, que nos muestra lo mejor de sí mismo. Pequeños resaltes, saltitos, y cortos tuboganes. Es un caramelo, no hay mucho que decir, solo que el barranco ha sufrido pequeños cambios debido a las variaciones de caudal, y a acumulaciones en la recepción de las badinas. Haciendo impracticables, algún tobogan, algun salto, etc….
Corto y estéticamente bonito, es un paseo. Antes del rapel final, una cuerda fija, nos conduce al medio del bosque, de aquí a la pista de aproximación, y de aquí al coche. (Esto es así debido, a que el último R15, estaba desequipado, si no se saldría más adelante, próximos al puente). Ese mismo día nos encontramos con una pareja de franceses en el parking, que entraban a reequipar, la parte que estaba en mal estado. La parte final.
Luego, comimos algo, y nos dirigimos al siguiente destino: Garganta de Escarrilla y Costechal.
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