lunes, 29 de septiembre de 2014

A que nos enfrentamos? Crónica de un rescate.

Hace ya algunos años, empecé a practicar este deporte. Una disciplina que me ha colmado "literalmente" de grandes momentos, experiencias realmente bellas, y mejores personas de las que he tenido la oportunidad de aprender y disfrutar. Como no amar este deporte?.

Pero esta reflexión parte de una experiencia vivida, que ha presentado una realidad tal y como es, sin siquiera un ápice de distorsión, y es por eso que la voy a compartir aquí. Hay barranquistas realmente muy buenos, con una gran capacidad técnica. Si me tuviese que analizar a mi mismo, diría que soy  un deportista normal, con suficiencia, y a la vez también con ciertas carencias. Para el normal desarrollo de esta actividad, disfrutar del ocio, y de ciertas actividades técnicas, me siento capacitado, y de igual modo sé que el techo de la disciplina está muy lejos del nivel que yo tengo. Hay auténticos titanes, circulando por ahí.

Sería un magnífico debate, el dilucidar cual es la verdadera evolución del barranquismo en la actualidad. Un debate, que se extendería hasta el infinito y más allá. Escucho opiniones por aquí y por allá, sobre quienes están en primera división. Los que exploran en lugares donde jamás antes nadie estuvo, los que luchan arduamente contra la atroz fuerza del agua, los que descienden desde los más altos circos hasta los planos más terrenales, los que viajan a más territorios y engrandecen su afán coleccionista. Que más da?. No os lo habeis planteado?.

Tras unos años realizando este deporte, y no pretendo decir que es así como debe ser, pues esta es una reflexión abierta, me emociona el descubrir que existen personas que sienten verdadero amor, y sí, digo amor, por los rincones,  por esas profundas gorgas, por esos juegos de luces y sombras, y por la inmensidad de la naturaleza, donde, no lo olvidemos, nosotros somos los intrusos. Me fascina ver que todavía contemplan todo esto de manera distinta.

Todavía se ve alguna mirada, diferente, algún sentir, algún comprender de que va todo este juego. Entramos en esas grietas sombrías, sin respeto, sin comprender que somos unos auténticos profanos en manos de la madre tierra. Tras pasar esta experiencia, que ahora pasaré a relatar en breve, un amigo me preguntó: dirás realmente tu opinión, o serás políticamente correcto?.

Me hizo gracia que mi buen amigo, al que aprecio y admiro, me preguntase eso. Por que la realidad es que no es tan simple. Evidentemente voy a dar mi opinión, pero no es sencillamente un tema deportivo, es un tema de la evolución de las conciencias.

En algo más de una década que llevo haciendo este deporte, he visto una clara evolución del deporte hacia la trivialización más plausible de lo extremo, es decir, hemos pasado de la admiración  de la actividad y nuestra contemplación de lo que la naturaleza nos muestra, a la admiración y "ensanchamiento" de nuestro propio gesto y/o gesta, y a la sutil invocación de un reconocimiento que se desea. En este bucle de vanagloriarnos, todos, y digo todos, retozamos como auténticos cerdos en un barrizal de lodo.

Y está mal?. No es que esté mal, nada debería mirarse de una manera tan global. Mal o bien, por que esa concepción es inexistente. Si no que podría ser de otra manera mucho más productiva, menos egolatra, más efímera en ese contexto de ensalzamiento del ego, y por ende, la evolución de esta disciplina y de nuestro deporte, avanzaría en otra dirección, por que no sería ella la que evolucionaría, si no nosotros mismos, y nuestra forma de respetar, contemplar y admirar este deporte y el medio en el que se desarrolla.

Dicho lo cual, tal y como conversaba con otros buenos amigos, hace un tiempo cercano, en una isla de Italia, el problema no está en todo lo explicado, sino en que el trabajo que individuo a individuo realizamos de forma unipersonal, requiere de un tiempo que aún no ha ocurrido, no ha transcurrido, para que tengamos una imagen más global, de todo lo que nos envuelve, de lo que hacemos, y de lo que debemos aprehender para comprender. Entonces llegará el día en que miremos la actividad que realizamos como realmente debe ser concebida, por la experiencia sutil de ser hecha, de actuar e interactuar sencillamente, sin tiempos, sin prisas, con asombro y admiración, con amor por lo que realmente sentimos al descender un cañón. Pasión, por la experiencia propia, sin agentes externos que enaltezcan, o encomien lo que hemos hecho, pues no es necesario.

Estoy convencido de que un día llegaremos a ese punto, probablemente, ninguno de nosotros lo lleguemos a ver, pues cientos o tal vez, miles de años deban sucederse a nuestra propia existencia.
(Riga 1414 del Soccorso alpino de Locarno, sobrevolando la zona)
Tras esta leve reflexión,...

Pasaré a relatar lo que para mí ha sido uno de los momentos más críticos, o sin duda, el más crítico que he vivido en este deporte. He escrito el título del post, haciendo referencia a "a que nos enfrentamos?", realmente, y lo afirmo, creo...., digo, sé.... que la gran mayoría no somos conscientes.

Podría empezar a hablar aquí de muchas cosas, pero voy a centrarme en algo muy simple, que me servirá de introducción, y base concreta para el desarrollo de este artículo. Es, la cotación de los barrancos, de la cual todos sabemos que se divide en Nivel de agua, Nivel de verticalidad, y compromiso. Me centraré en este último punto, el compromiso y lo desarrollaré un poco más adelante.

Como muchos otros de vosotros, cuatro amigos, bien entrenados, motivados, y con la suficiente capacidad técnica como para afrontar este descenso, nos dispusimos a realizarlo. Un buen desayuno, y en marcha. Estábamos en Suiza, concretamente en un leve "impas" en la zona de Ticino. Nuestro objetivo era, lodrino intermedio e inferior. 

Bien temprano, realizamos la aproximación a pie, y entramos al barranco, el caudal era medio alto, pero nada que diese problemas. Primeros resaltes, evaluando bien, y vemos que estará factible. Solo un integrante conoce el descenso, que realizó hace muchos años, así que vamos revisando bien la topo y estudiando el descenso. Decidimos hacer dos equipos de trabajo, e ir progresando dinámicamente por el interior del descenso.

Todo se sucede de forma correcta, llegando a los puntos analizando y descendiendo. El Lodrino intermedio es un barranco poco frecuentando, quizás no tanto como su  sucedáneo inferior, que es el que se lleva toda la gloria.

Tras unos primeros resaltes, viene un bonito rapel de 47m, y a continuación una serie de rapeles de menor altura, que vamos sorteando poco a poco, por una magnífica y sinuosa gorga  excavada en granito. Todo va a las mil maravillas. Pero como es habitual, nos invade la natural prisa, o aceleración por querer acometer antes, mejor y más rápido, todo lo que acaece delante de nosotros. Pasos, saltos, destrepes, rapeles.

Comentamos que prácticamente debemos estar en el final del intermedio. Me adelanto hacia un resalte delantero, en el que se encuentran dos de mis compañeros, me incorporo y salgo del agua. Es el C9m final del tramo intermedio. Con instalación monopunto a la derecha. Observamos que la instalación ha saltado, seguramente debido a una anterior crecida. El rapel no es muy alto,  y en todo su recorrido se va cerrando en forma de V, en su parte intermedia hay una roca donde el agua golpea con fuerza, creando una gran cortina que genera bastante espuma en su recepción.

Mientras evaluamos la situación (segundos), un compañero mío, se adelanta flanqueando un metro escaso por la derecha orográfica y toma la decisión de saltar. Recuerdo, nítidamente toda la escena, y los instantes de después. La cornisa, no era la más apta para saltar. Pero esa decisión, la hemos tomado todos, en infinidad de ocasiones.

El cuerpo fue cayendo y al entrar en el agua, su pierna izquierda fue a impactar contra una laja en plano inclinado,  que no se percibía desde arriba. Un instante después sus gritos, impactaron en nosotros como el agua más gélida que jamás os podais imaginar. Es difícil describir esa sensación.

Estupefactos, nos costó reaccionar unos segundos. Mientras mi compañero, sufría un gran dolor, gritaba y clamaba al cielo, por la mala fortuna. Por que eso fue lo que fue, mala suerte. Rápidamente le dije a mi compañero que se posicionará tras la roca, y que me diese cuerda para hacer un rapel al cuerpo. El compañero herido flotaba a la deriva en la poza más abajo, sin poder valerse por si mismo.

En este punto es importante, recalcar que la toma de decisiones instantaneas es primordial. Pero más aún es tomarlas, con sentido común, y con calma, a pesar de hacerlo con la mayor celeridad posible. Alguien podría cometer el gran error de pensar que "SOLO" es una rotura de tibia y peroné, pero como pasaré a detallar más adelante, un simple acontecimiento, puede encadenar un cúmulo de circunstancias, que entrañen a partir de ese momento, el "COMPROMISO" "REAL" de un descenso.

Mi compañero se posicionó tras una roca, y yo me decidí a descender, realizando el rapel al cuerpo. Las prisas, y la no evaluación de la situación, estuvo a punto de provocar otro accidente. Al bajar no aprecie, que bajo la roca sobre la que estábamos, había una cueva. Una vez descendiendo, todo el caudal me golpeó en el pecho, y me volteó, quedando sumergido boca abajo, dentro de la cueva. Como pude rodé sobre mi mismo, y por encima de la roca que había en mitad del rapel caí a la recepción algo agitada de la poza. Fueron unos segundos de mucha incertidumbre.

Mientras todo esto ocurría, mi compañero seguía gritando, y sufriendo un dolor increíble, flotando en la poza, (más tarde comprobaríamos que fue fractura abierta de tibia y peroné). Ante nosotros y esto es muy importante destacarlo, teníamos una badina de aproximadamente unos 25 m, una pequeña zona de caos de bloques de piedras, un pequeño destrepe de un metro de alto, por unos cuatro metros de longitud, y una badina de unos 100 m, hasta llegar a una zona abierta. La obertura de la zona en la que nos encontrábamos sería aproximadamente de unos 3 m, y unos 50 metros de pared de alto, por donde era imposible, que entrase la grúa del helicóptero, por lo que si o sí, habría que hacer la extracción de aquel punto.

Una vez, junto al lesionado, poco a poco lo sacamos de la zona más profunda, mis compañeros se unieron, y ya estábamos los 4 componentes del grupo. Una persona, se quedó traccionando la pierna en todo momento, y con los otros dos compañeros, situamos al herido donde pudiese estar al menos algo cómodo. Esta operación tan sencilla, que aquí comento, fue una auténtica odisea, pues la fractura que estaba como digo a la altura de tibia y peroné, dejaba totalmente loca la parte inferior de la pierna.

Los gritos se sucedían con intensidad y mucha continuidad, pues el dolor era muy muy muy elevado. Situamos al herido encima de unos "bolos" circulares, muy incómodos, pero con la intención de evitar en la medida de lo posible el agua. Cualquier leve, y digo leve levísimo, movimiento, infligía al herido mucho dolor. Por lo que dejar la tracción de la pierna era totalmente inviable. A continuación decidimos las acciones a seguir.

Cuatro miembros. En la zona no hay cobertura. Tapamos al herido con una manta térmica. Otro miembro del equipo, se lleva las cuerdas, se prepara, y decide salir a buscar ayuda. Otro compañero hará de enlace entre el punto donde está el herido, y el que sale a pedir ayuda (para intentar no perder el contacto visual y con él, la comunicación). El compañero que queda, estará inmovilizado, traccionando la pierna del herido. 

Le pedí al compañero de enlace, que no se fuese con el de rescate, por que era necesario atender al herido, y la pierna debía estar traccionada en todo momento, pues de no ser así, el dolor era realmente insoportable ya que la pierna quedaba loca.

Administramos un simple ibuprofeno al herido, pues no disponemos de nada más. Buscamos dos palos, y junto con unas bridas conseguimos inmovilizar levemente la  herida, al menos para evitar un movimiento lateral, y con un poco de esparadrapo,  vendamos por encima. La herida es abierta, y sale un pequeño hilo de sangre, que al menos, se ve en modo comprimido, por la presión del neopreno.

Puedo afirmar que estuvimos alrededor de tres horas, con la pierna, esperando al helicóptero y al rescatador. Durante este tiempo, hubo momentos para todo. Para pensar, para gritar, para desesperarse, para quedarnos solos, para tener contacto con el compañero que hacía de enlace, para no tenerlo, y pensar que sucede, por que no vienen, etc, etc. El alto grado de incertidumbre, consiguió hacer mella en la situación, y en nosotros mismos.

El frío y el viento nos amedrentaban a marchas forzadas. Mientras tanto el compañero de punta, continuo barranco abajo, y viendo que no podía continuar, pues desconocía si tendría salida(la más rápida para poder tener cobertura), observó un hito a la izquierda orográfica y decidió intentar ascender por si era posible, ganar altura y solicitar el rescate. Así lo hizo, durante todo este tiempo, la comunicación visual con el enlace, se perdió, y por lo tanto, la incertidumbre, aún se acrecentaba más.

Al remontar unos cien metros, intentó llamar al rescate, con la suerte de encontrar una teleoperadora con conocimientos de lengua castellana, lo que agilizó la labor de comunicación. El helicóptero de rescate estaba en otro rescate en montaña, por lo que tardó más en venir a realizar nuestra evacuación.

(Al agrandar la foto, se ve en rojo, el lugar desde donde hubo que hacer la extracción del herido)
La comunicación con la operadora del teléfono de emergencias se basaba en concretar el punto exacto del rescate, pues no era viable, para ellos recibir la información como: "final del Lodrino intermedio". No, necesitaban un punto exacto. 
Tras un tiempo, que nos pareció una eternidad, el helicóptero hizo acto de presencia, pero no localizaba a la persona que estaba dando la comunicación al servicio de emergencia. Realizó varias pasadas sin ser efectivo el contacto visual. 
Tras multitud de llamadas, se volvió a contactar con ellos, y el compañero que estaba en el exterior, aproximadamente a un centenar de metros por encima del punto de rescate, se paró en una tartera, y desde allí consiguió que la operadora le pasase directamente con el piloto del helicóptero. La comunicación se realizó a base de: one hundred meters, left, left, .....after, before..... right, right, ... fifty meters,.....down, down, ...al final consiguieron verle.  También vieron al compañero, que hacía de enlace, entre el herido, y la parte exterior de la gorga, por si podíamos recibir algún tipo de información, los que estábamos dentro.

Desde fuera, y comunicándose directamente con el piloto del helicóptero, mi compañero, les dijo: Inside the canyon, inside the canyon!!. El helicóptero sobrevoló, un par de veces la zona, comprobando que la extracción por la vertical del herido, era inviable, por la estrechez de la gorga. Así que tras verificar la situación, se dispuso a bajar, al primer rescatador, el material de rescate, y al médico.

Durante todo este tiempo, el compañero que hacía de enlace, tuvo que salir y entrar en multitud de ocasiones desde el punto del herido, hasta el final de la poza, para coger palos para inmovilizar la pierna, para recabar información del compañero exterior, y para transmitirnosla a nosotros dos. Salir, entrar, pararse, estar al azote del viento, pasó factura a nuestra temperatura corporal y a nuestro estado mental, se vivieron momentos bastante críticos, mientras todo esto sucedía. 

Otro de los temas importantes a tener en cuenta, es el material disponible en el bote estanco. Fue de vital importancia, llevar móvil, algo de comer, bebida para hidratarse, mantas térmicas de buena calidad, bridas, y sobre todo cápsula con etanol, con un mechero para hacer un punto caliente. Resultó bastante complicado hacerlo, pues en el punto donde todo sucedió, hacía bastante viento, y el resguardo, era prácticamente inviable. Todo esto, como comenté anteriormente acrecenta, el compromiso "REAL" de un descenso, cuando nos enfrentamos a una situación no contemplada. Una situación de emergencia, que puede evolucionar de forma exponencial hacia una situación  muy crítica.

Por otra parte, las dos personas que estábamos en el interior del cañón, tuvimos nuestro particular rescate. Por una parte el herido sufre, las inclemencias de todo lo que rodea su lesión, incapacidad, estado moral y anímico, estado fisiológico, evolución de las constantes vitales, temperatura, perdidas de sangre, miedo, incertidumbre, etc. La persona que estaba traccionando la pierna, estaba con parte de su cuerpo metido en el agua, mala postura de tracción de la lesión, falta de ergonomía, dolor lumbar, dolor muscular, resistencia, desgaste mental, capacidad mermada de dar apoyo moral al lesionado,  entumecimiento de las articulaciones, frío.

Cada vez que perdíamos contacto visual con el compañero de enlace, la sensación de soledad y desasosiego, de incertidumbre, a medida que el tiempo avanzaba era mayor. Una vez ya escuchamos el helicóptero, los ánimos crecieron. Pero desde que lo oímos hasta que el helicóptero, supo donde descargar a sanitario y rescatador, pasó un largo tiempo de espera.

A partir de este punto, las dos personas del interior del cañón, tuvimos contacto visual con los de fuera de la poza. A unos 150m de nosotros, estaban el sanitario, el rescatador, el material de rescate, y nuestros dos compañeros. Consensuaron la forma de abordar el rescate.

Mientras tanto, las conversaciones de las dos personas que estábamos dentro del cañón, iban encaminadas a afrontar la extracción del lugar en el que nos encontrábamos, y a preparar mentalmente la cabeza del lesionado, para tener la certeza de la extracción, y la superación del dolor que eso iba a suponer.

El rescatador Andres Maggini, para el que solo tenemos palabras de agradecimiento, junto con los dos compañeros se aproximaron al lugar donde nos encontrábamos. Poco a poco consensuamos las maniobras. Primero hablar con el herido, y transmitir los pasos a seguir, administrar morfina para evitar el dolor, traccionar herida, retirar inmovilización de fortuna, inmovilizar con férula neumática, posicionar a los compañeros, y movilizar paso a paso al herido,  hasta trasladarlo a la poza, luego unir un punto de unión a su ventral y extraerlo arrastrándolo hacia la orilla, para posteriormente realizar un puente y colocarlo en la camilla de rescate, donde el sanitario lo examinó, administró diferentes fármacos y se preparó al herido para su evacuación aérea.

Recogimos todo el material, documentamos la zona fotográficamente, y se produjo en este orden: primero, la extracción del herido con el sanitario, seguidos de mi y otro compañero con triangulo de rescate, y a continuación, de igual modo, del rescatador con el compañero restante. La extracción se produjo a través de grúa del helicóptero, hasta un punto cercano. Donde se introdujo al herido dentro del medio aéreo y se traslado al cercano Ospedale  San Giovanni, de Bellinzona.

La atención con nosotros por parte del Soccorso alpino de Locarno, fue excelente. Lo cierto es que no tengo palabras para expresar, lo bien que nos trataron en todo momento, y su profesionalidad es para mí necesaria de mención aquí, pues su actuación fué excelente. Por otro lado, la persona,  que estuvo actuando con nosotros en todo momento dirigiendo el rescate, fue Andres maggini, al que desde aquí, le agradezco su apoyo, profesionalidad, atención, amistad, y dedicación una vez realizado el rescate, incluso días después. Nos pareciste un ejemplo de dedicación a todos nosotros.

Una vez, ya el herido en el hospital, y siguiendo los cauces habituales de una lesión de este tipo, queda el pensamiento y la reflexión de la evolución de una emergencia en un contexto como el que explicamos. De ahí, me remito al verdadero y real "COMPROMISO" en un descenso, y la evolución de un suceso, a un suceso donde el compromiso mencionado, puede llegar a una situación drástica.

A que nos enfrentamos? seamos conscientes pues, de la realidad de una situación de emergencia, donde la temperatura, el frio, el viento, la falta de hidratación, el contexto de la morfología geológica del descenso, la extracción de la víctima, la evolución de las constantes vitales de un herido, etc, puedan acarrear que una situación sencilla, derive en una situación de consecuencias fatales.

Por lo tanto, pensemos a la hora de actuar, en nuestra toma de decisiones en la progresión por un descenso, pues el compromiso  del mismo se verá exponencialmente aumentado, por una mala decisión, que repercutirá en la integridad del lesionado y directamente en la responsabilidad del grupo.

Cual es para ti, la verdadera esencia de descender un cañón? piensa en ello.

Si os apetece comentar algo, serán comentarios bienvenidos.

Hasta la próxima, ;-)

12 comentarios:

  1. Un relato muy duro Sergi, no me puedo imaginar el dolor insoportable del herido, es lo primero que me viene a la mente después de todo y vuestra agonía e impotencia de no poder hacer mas de todo lo que pudisteis hacer.... es un golpe de muy mala suerte. Has dicho grandes verdades que todos deberíamos reflexionar ante los "códigos rojos" y pensar que el riesgo siempre estará hay por mucho que haya gente que se crea "invencible" y que lo pueda todo. También estoy totalmente contigo sobre el comienzo de la crónica, quizas, sino hubiera un maldito escaparate donde exhibirse, las cosas se harian como hace muchos años en la montaña, con la esencia sana y pura para uno mismo, y no para colgar a la primera de turno "yo echo esto, yo hecho lo otro", parece que el reconocimiento del publico es lo que prima en muchos individuos . Un gran barranquista me dijo un dia que si pasas por la vida colgándote medallas de lo que haces y dejas de hacer sin hacer algo útil o relevante, el dia de mañana nadie se acordara de ti, como el tio popular de clase, el que años después trabaja en un autolavado, que gran verdad Xavi , no tengo problema en nombrarte ;-)
    Pienso que compartir la información y aportar cosas siempre es enriquecedor para todos pero darse bombo y poco mas.... Pocos barranquistas que han echo mucho por este deporte permancen en la sombra y no quieren formar parte de ese circo o restregarse en ese "lodazal de barro" del que hablabas con gran acierto en tu comienzo de este triste pero gran relato.
    No me enrollo mas, solo espero y deseo la pronta y perfecta recuperación de Ivan y que lo malo solo quede en aquella cascada de Lodrino . Un abrazo y animo!

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    1. Muchas gracias por tu comentario Oscar. Sin duda, a nosotros nos marcó para enseñarnos, afirmo, que muy positivamente a todos. Coincido en tu comentario, sobre lo que explicas. Nos vemos amigo, Salud.

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  2. Tremendo relato. Sabemos que los servicios de rescate están ahí y van a venir, pero la espera es eterna mientras vemos sufrir a un amigo. De estas experiencias siempre se aprende si tenemos la humildad suficiente.

    Comparto 100 % tus reflexiones de la primera parte. No puedo estar más de acuerdo...

    En cuanto al herido, espero que se recupere enseguida y vuelva al escenario lo antes posible, y que dentro de un tiempo esto no sea más que otra batallita que contar ;)

    Un abrazo!

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  3. Xavier, la verdad que sí. Gracias por dar tu opinión. Creo que experiencias así, nos hacen tomar conciencia de lo que puede suceder, si algo ocurre en una determinada parte de un descenso. Hay que verlo, como bien dices, como algo de lo que aprender. Otro abrazo compañero, Hasta pronto.

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  4. Hola Sergi, buen relato de los hechos. Como Xavier, la experiencia de estos lances son la única parte positiva que nos puede quedar. Tu actividad como muchas otras, depende de muchos factores. Desgraciadamente hay mucha gente que piensa que se puede llegar a controlar todo, y en estos casos lo único que podemos es prevenir con mayor experiencia por todas la vivencia que hemos pasado en el desarrollo de la misma. Hay experiencias que por más que te las cuenten, nunca crees que te pasaran a ti mismo o no las valoras como en realidad son. Te agradezco que desde esta ventana, hayas hecho este gesto de humildad en trasladarnos tu vivencia tan fielmente, seguro que a muchos nos hará reflexionar, sobre todo, con las dudas, o en el típico momento en el que todos hemos despreciado esa vocecilla que nos alerta de lo que sabes que puede haber ahí abajo, y acabamos realizando la acción más cómoda y rápida para continuar el descenso.

    Espero que el compañero tenga una rápida recuperación y no pierda las ganas de seguir disfrutando.

    A tí, te mando un fuerte abrazo, sintiéndome muy feliz de la forma en que veis la actividad, y el respeto que le tenéis .

    Un saludo.

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  5. Hola Juanjo, Te agradezco tu opinión. Tú más que nadie sabes como funcionan estas cosas. Estoy convencido de que podrías explicarnos muchas vivencias sobre este tipo de situaciones. Espero que pronto podamos charlar sobre lo ocurrido, compartiendo unas cervezas. Sin duda, debemos hacer caso a esa vocecilla que comentas. Un fuerte abrazo Juanjo y gracias por tu participación.

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  6. Hola Sergi, tras leer tu impresionante relato, me queda una duda de la que podemos aprender todos.

    Me gustaría preguntarte cómo dísteis la posición al servicio de rescate. ¿Llevábais GPS? ¿Llevábais un móvil con GPS que diese la posición?. Si dísteis las coordenadas geográficas (latitud/longitud), ¿os entendieron correctamente en el rescate?, quiero decir que hay 3 sistemas de dar coordenadas geográficas y eso genera errores de cientos de metros.

    Gracias. Alberto

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  7. Hola Alberto, el servicio de rescate nos solicitaba la posición exacta para tener contacto, pero no disponíamos de 3g,(para enviar nuestra posición), ni de gps para darles nuestras coordenadas. Así que lo que hicimos, fue dar una posición general. El helicóptero hizo varias pasadas, pero no conseguíamos tener contacto visual. Así que la operadora del servicio de emergencias nos pasó directamente con el piloto del helicóptero. Nosotros teníamos visual desde tierra, y le fuimos indicando hasta nuestra posición. Como bien dices, si te comunicas con un servicio de rescate a la hora de dar tu posición, es importante utilizar el mismo sistema de coordenadas, y mucho más comunicar el DATUM que usa nuestro dispositivo, que es lo que suele generar esos errores a los que haces referencia. Gracias por tu aportación Alberto, un saludo.

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  8. Hola Sergi, gracias por tu información. Por si sirve para mejorar nuestra seguridad, quisiera indicar que la mejor forma de enviar unas coordenadas es en formato latitud/longitud (coordenadas geodésicas).

    Dicho sistema no requiere indicar el Datum, ya que el predeterminada para ese sistema es el WGS84 y nadie trabaja en otro, por lo que indicar una posición asi, en grados, minutos y segundos no da lugar a dudas (otra cosa es que los servicios de rescate no sepan interpretarlo bien, ya que luego comentaré que realmente hay 3 unidades diferentes dentro de este sistema).

    Sin embargo, como muy bien dices, es muy importante dar el Datum, pero éste sólo es necesario para los sistemas de proyección (normalmente UTM). Dando la latitud/longitud, no hay que dar ningún datum ya que todos los GPS internamente funcionan en el datum WGS80.

    No se si me explico. En resumen, que para no dar lugar a dudas ni tener que dar Datums, lo mejor es dar posición en grados/minutos/segundos.

    Otra cosa es que según como tengamos configurado el GPS o móvil, esa latitud/longitud aparezca como grados decimales o cegesimales. Esto sí que causa problema si el que lo escucha no sabe trasladarlo.

    Para no tener dudas ahí, lo mejor es configurar el GPS o móvil en el formato 00º, 00', 00" (o el formato similar, que nos de Grados, Minutos, Segundos).

    Y como siempre, recomendar a todos, si se lleva un smartphone con GPS (que es lo habitual hoy en día) llevar al menos una aplicación gratuita que de coordenadas (como GPS Status, por ejemplo).

    Todo este rollo es para aprender en cabeza ajena. Te lo digo por experiencia propia y ajena de algo fácil, que ha causado muchos retrasos y problemas en los rescates.

    Salutti a tutti y enhorabuena por este impresionante blog y tus actividades, que nos ponen los pelos de punta (de envidia, jeje). Alberto. :)

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    1. Alberto, Magistral clase la tuya, sobre el tema. Fantástico como siempre poder aprender los unos de los otros, tremendamente enriquecedor. Tomo nota de la información, y de nuevo gracias por tu aporte compañero. Un saludo ;-)

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  9. Hola Sergi!

    Buff! Gran relato y muy agradecido de la manera que lo explicas haces que este dentro con vosotros. Es interesante saber si otras veces en otros barrancos tuvisteis algún otro percance o ese era el primer accidente que tuvisteis como grupo.
    Por suerte o por desgracia a través de palos aprendemos, pero eso si de todo en esta vida se aprende.

    muchas gracias,gran labor ;-)

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  10. Hola compañero, Gracias a ti, por leerlo y dar tu opinión. Percances, a lo largo de los años alguno que otro ha habido, pero sin duda, el compromiso ha sido menor, y ha sido resuelto con buena colaboración de todos. Situaciones nimias, esto, ya tuvo otro cariz como bien comentas.
    Lo dicho, agradecido, por tu opinión. Estamos en contacto. Salud :)

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