domingo, 12 de julio de 2009

Barranquismo, Gorgues del Llech.

Que se puede decir de este barranco que no se haya dicho ya?, por lo tanto no seré yo el que lo haga. En el día de ayer, cuatro componentes, nos fuimos a realizar este atractivo, divertido, y bonito descenso, que sirvió para ponernos la adrenalina por las nubes. Para llegar a él, nos dirigimos hacia Francia, macizo del Canigo. Iremos dirección la Jonquera, y una vez pasada la frontera, siempre por la autopista A9 (ya en Francia), pasaremos la primera salida "Le Bolou", pero la nuestra es la segunda la de "Perpignan". La dirección a seguir es hacia el pueblo de prades, iremos por la carretera N116, una vez próximos a Prades, cogeremos el desvió hacia Villerach. Una vez en Villerach, cogeremos pista Forestal dirección al Canigo, y en breve encontraremos parking evidente a nuestra izquierda. Tras equiparnos, continuamos la pista forestal y en un corto espacio de tiempo, antes de una curva a la derecha, señalizado con un hito, no muy visible, se desciende por un sendero bastante empinado (atajo) que en diez minutos nos deja en la cabecera del barranco. Al llegar, varios grupos en la cabecera. Nos equipamos, y empezamos el descenso juntos. El cauce del barranco, está algo por encima de su cauce habitual, pero a pesar de ir "alegre" es practicable, aunque más adelante veremos que se forma algún rebufo, y algún que otro drosage, sin peligro alguno. Empezamos con un salto de 5 metros, para ir activandose, a continuación un pequeño tobogan de 3 metros, y llegamos a uno de los primeros platos fuertes, tobogan de 8 metros, y primer tapón del día. La cosa parecía que iba a estar complicada, y que la continuidad en el barranco no estaba en absoluto garantizada, pero para nuestra sorpresa, y tras esperar diez minutos, adelantamos a un grupo, luego a otro, y realizamos el descenso totalmente en solitario hasta el final. Tras descender este primer tobogan de 8, viene un tobogan de 15 metros, con opción de rapel. Frank y Cristina rapelaron, y yo y Carrasco hicimos el tobogan, con caudal bastante elevado, te deja sin respiración, ya que es muy vertical y no ves el final, realmente impresionante. Este es uno de los pocos rapeles que tiene este barranco, pero la opción del tobogan es mucho más recomendable. A partir de aqui, no nos encontramos a nadie casi hasta el final, que suerte ;-) jeje. Casi sin pausa, nos encontramos un pasamanos, y un bonito salto de 9 metros, espectacular foto de salto conjunto la que se realizó en este punto. (cuando me la pasen la cuelgo). Cabe la opción de realizarlo un poco más abajo, o no realizarlo, pero no fue nuestro caso. Continuamos con un divertido tobogan de 7m, es interesante comprobar como la fuerza del caño te manipula una vez abajo en la poza, ya os digo, el caudal era graciosete. Tras pasar unas badinas, un caos de piedra, y el famoso rompe tibias, encadenamos dos saltos que nos devuelven a la actividad uno de 5 y uno de 6 metros, para llegar a otro de los platos fuertes, la lavadora, que no nos dió ningún problema, algún pequeño revolcón, alguna que otra vuelta pero sin problemas. Hay una cuerda para facilitar la salida, a nuestra derecha. Frank al inicio de la lavadora, resuelta sin problemas. A posteriori, tobogan o salto de 6m, según elijamos, y llegamos a la joya de la corona, tobogan lanzadera de 11 metros, muy muy divertido. Pasada la lanzadera, volvemos a encontrarnos un grupo de barranquistas esperando, para las instalas de más abajo. Una parada al sol de diez minutos y nos ponemos en marcha. Sergi en el tobogan lanzadera.
Tobogan de 8 metros y llegamos a uno de los rapeles obligados, 15 metros de bonita cascada que nos dejan en una preciosa poza. Pero la cosa no acaba ahí, encadenamos dos toboganes seguidos uno de 6 m, y otro de 7 m, realmente divertidos luego un salto de 5 metros, y practicamente estamos en el final.
Antes de salir, fijaros en el pasamanos a nuestra izquierda, una sirga nos conduce, al plato final para salir de aquí como unos campeones, un salto técnico de 12 metros, que os va a hacer volar por las nubes. Yo no toqué fondo, un salto de 12 metros de alucine, y fin del descenso. En la poza final se congregaron multitud de barranquistas. Tras recoger los trastos, nos espera una dura subida al más puro estilo Viu de Llevata, pero casi sin darnos cuenta ya estabamos de nuevo en el parking. Un estupendo descenso, para realizar al menos una vez al año, muy recomendable. Un día estupendo, y una compañía sin igual, hasta la próxima.
Los datos del barranco, como siempre, en www.barranquismo.net

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