Siempre amaste la montaña, compartíamos una afición común, la disfrutabamos juntos, y sonreiamos en lo alto, por haber llegado arriba. Felices, disfrutando de la calma y la paz que reina en esos sitios que tanto nos gustaban. No sé por que el mundo, es a veces, tan injusto. Pero te has ido, y un rincón de mi corazón, siempre será tuyo. Que descanses en paz.
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