viernes, 9 de octubre de 2009

De Góriz a la Pradera de Ordesa, por Cotatuero.

A partir de mañana el tiempo ya no nos concederá la tregua, que hasta el día de hoy nos había dado. Así que sin más, nos vamos. En el día de hoy regresaremos a la pradera de Ordesa, a bañarnos los pies en el cauce del Río Arazas. Saliendo de Góriz, volveremos a coger el sendero que nos dirige hacia la Faja Luenga. De aquí, y como en días anteriores, repetiremos camino en dirección al Cuello de Millares. Punto este, en el que, tomaremos una senda nueva. Situados en el cuello, antes mencionado, a nuestra izquierda, aparecen dos senderos. Uno en ángulo de 90 grados a la izquierda, que conducirá al que se ve allá al fondo, el pico de Millares 2619 m, y tras él, a la Punta Tobacor 2779 m. Pero, el nuestro, es el anterior a éste, y que en descenso y atravesando una zona muy pedregosa, en la que tendremos que agudizar el ingenio, para cruzar destrepando una masa rocosa de lapiaces, y piedra descompuesta. Donde, encontrar un hito, es toda una suerte. Tras atravesar la zona que anteriormente os menciono, llegaremos a la Plana de San Fertús, una bonita y verde planicie donde los rebecos y las marmotas pastan, y corren a sus anchas. Atravesaremos esta zona por nuestra izquierda y seguiremos hasta encontrarnos con un cauce. El afluente del barranco de Millaris, aquí descendemos unos dos cientos metros de desnivel y aparecemos en La Ribereta. A partir de aquí seguiremos paralelos el curso del cauce del Barranco de Millaris y sin darnos cuenta ya estamos en la Cascada de Cotatuero.
Increíble sucesión de saltos de agua, que acompañan a la bajada a partir de este punto. Tras reponer fuerzas, nos equipamos, con arnes y baga, y nos dirigimos a las “Clavijas de cotatuero”. Al llegar a ellas, la vista es espectacular. Frente a nosotros, aparece una extensa y vertical masa de roca que cierra el circo de Cotatuero por la izquierda. Por la derecha, el inicio de las clavijas y por debajo de las mismas“un patio” que da un gran aliciente a esta “mini ferrata”.
Las clavijas en sí, son dos pequeños tramos. El primero, un flanqueo hacia la izquierda, consistente en unos clavos acompañados de un cable de vida, que desembocan en una pequeña repisa. El segundo, una canal, que equipada con los mismos clavos, y en suave descenso, a pesar de tener alguna desgrimpada algo técnica, nos deja en el camino. A partir de aquí, el camino continua descendiendo paralelo al barranco de Cotatuero, del que obtendremos unas estupendas panorámicas durante la bajada, en un interminable y zigzagueante camino que nos conducirá irremediablemente al GR11, y de aquí en breves minutos a la pradera de Ordesa. Dando así por finalizada la aventura en el Parque nacional de Ordesa y Monte Perdido.
Como siempre digo…..,
Hasta la próxima, ;-)
Instantaneas...

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