lunes, 18 de mayo de 2009

Via Ferrata, Olmo Urquiza.

El congost de Mont Rebei, es un lugar, que merece una visita. La excursión de hoy ha consistido en combinar las ferratas de la pertusa, y la olmo Urquiza. Esta última, fue equipada en el 1997, y su vecina la pertusa en el 1999.
Para acceder a ella, saldremos del aparcamiento hacia nuestra derecha, cogiendo el GR1 que surca pararelo al pantano de canelles, en breve, diez minutos a lo sumo encontraremos la indicación del desvio hacia la via Ferrata Olmo Urquiza, nuestro segundo objetivo del día.
El camino, bien señalado, en media hora nos introduce a lo largo de un bosque que se va adentrando y cada vez más nos acerca al risco, por donde transcurrirá nuestra via Ferrata.
Llegamos a un punto en que el camino, tras dejar atrás una construcción derruida a nuestra izquierda, nos lleva al cauce del río. Lo cruzaremos, y encontraremos ante nosotros la primera cadena (no es el inicio de la via Ferrata) habremos de caminar todavía un poco. Tras unos minutos de camino, nos encontraremos el inicio de la Via, y aparecerá ante nosotros un cartel, "La cascada Silvia".
Empieza la Via ferrata, tras superar este tramo vertical de escasos 20 metros, la Via nos deposita en un entrante de la pared, y solo nos queda seguir el camino, ascendiendo y cruzando en alguna ocasión el cauce, tiramos un poco de cadenas, y cuerdas y llegamos a "la feixa del ciclista" seguimos por pasamanos, y continuamos ascendiendo. En breve llegaremos a "la cascada Federica" practicamente seca, solo salpicada, por un minúsculo hilo de agua.
Con los clásicos escalones con los que equipa J.Olmo sus vías, la ascendemos y descansamos en un gran balcón de piedra que nos proporciona unas magníficas vistas. La vía continua hacia nuestra derecha, subimos un poco, haciendo uso de una cadena, y nos metemos dentro de una canal rocosa. Ante nosotros una pared vertical, de unos quince metros, al llegar arriba comprobamos con sorpresa, que el bote estanco, situado al lado de un árbol nos indica el final de la Via. Corta, pero bonita, y divertida. Graciosa.
Las opciones desde arriba para el retorno, son realmente variadas. Una de ellas, quizás la más sencilla es bajar por el camino que tenemos delante, y llegar al cauce del rio. Justo al llegar, encontraremos un pasamanos de acero, que conduce a una instalación, para rapelar (de 15 a 20 m, como mucho) un rapel que nos dejará en el final de la cascada Federica, de aqui, otro rapel, deshacer el camino, y otro rapel en la cascada silvia, y deshacer el camino a pie. (Esta es la opción más fácil).
Otra opción, sencilla, es deshacer la propia Via ferrata, destrepándola en sentido contrario. La opción escogida por nosotros fue, remontar el rio, siguiendo marcas blancas (1h aproximadamente) posteriormente llegaremos a un gran prado verde, inmenso. Giraremos a nuestra izquierda, encontrando indicaciones para ir al Castillo de Sant Llorenç. No hace falta subir a él, pues el camino que conduce al GR1, va por su flanco inferior.
En este punto el camino es algo perdedor, estar atentos. Una vez localizado el sendero (Marcas blancas y rojas) tendremos 1h 3o´ larga para llegar a la confluencia con el GR1, y otra 1h más para llegar al aparcamiento.
Haciendo esta opción haceis 23 kms de recorrido por un lugar precioso. Se ha de tener en cuenta, que si solo se pretende hacer la VF, y no hacer un trekking considerable, es mejor llevar un 60m y rapelar la Vía.
Personalmente a mi el camino de vuelta, a pesar de ser muy largo, me encantó. Es importante proveerse bien de agua, pues en el camino la ausencia de este precioso líquido es total. Al llegar al GR1, tras un largo rato de pateo, a escasos 25 metros a nuestra derecha encontraremos el Refugio de más Carlets.
En él, nos encontramos a un simpático personaje "Gorka" que nos explicó que Mas Carlets, era un antiguo refugio, pero que en la actualidad no lo era, y que él simplemente pasaba allí su tiempo de Ocio, sin ningún ánimo de lucro.
Gorka, nos ofreció agua, y pudimos disfrutar de su compañía un rato, hablando de las montañas, y de su perra, una preciosa border collie de color negro. Tras descansar un poco y reponer fuerzas, nos quedaban 7 kms hasta el aparcamiento por el GR1, un bonito paseo con unas vistas espectaculares.
El retorno es bastante largo, y a tramos algo perdedor, pero realmente merece la pena, por que os ofrece la posibilidad de internaros en los bosques del Congost de Mont Rebei, y disfrutar de su entorno.
El día espectacular y la compañía, aún más.
Hasta la próxima.

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