Así que lo que se hace, es continuar por la cuenca del Alcanadre, al final del Gorgas Negras durante 2,8 kms, en los que el trekking acuático por dentro y fuera del cauce se hace interminable y cansino. Si antes soñabamos con evitar las grandes badinas, ahora suplicamos por alguna. Pues la calor, el neopreno, el caminar, y la escasez de pozas, convierten este descenso en un pequeño suplicio. Grandes bloques de caos, que hacen que te las ingenies, para ver por donde coñ.... se puede pasar. Realizando mil y un destrepes... y al final, llega la tan esperada badina.
Eso sí, esta vez, no es una badinita tipo Gorgas Negras, estamos hablando de la prácticamente única bádina del descenso, con la peculiaridad de que puede tener alrededor de unos 350 a 400 metros, punto este en el cual, el afluente del barranco del mascún inferior, hace aparición.
Desde este punto, continua la badina, y en unos cien metros acaba, luego algo más de trekking y por fin, vemos el puente de Pedruel. En algo menos de once horas, conseguimos nuestro objetivo, acceso, con encadenación de Gorgas Negras y Barrasil. La conclusión es que el primer descenso, es realmente recomendable, bonito, estético, divertido, y supone un reto, el segundo es prácticamente de coleccionistas.
Unas instantaneas y hasta la próxima...
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