viernes, 16 de julio de 2010

Barranco de Sia, o del Puerto.

Que ganas tenía de que llegara el finde, y por fin llegó. El jueves nada más acabar de trabajar, cargue a mi pequeña, y me fui “sin muchas dilaciones, para pirineos”. Destino: el pueblo de Gavin. Allí me esperaba Carlos. Durante el viaje, solo hacía que disfrutar de los quilómetros que se sucedían, y de todas las personas a las que vería durante el fin de semana Eu, carlos, Paquí, Raúl, Jesús, Gurenda, Oihane, Quequet, Vir, y almudena. Menuda pandilla.
Al llegar al camping, Carlos ya estaba por allí, que alegría verle. Nos pusimos al día, un buen baño en la piscina, y a cenar. Que al día siguiente, tocaba, lo nuestro “barranquear”. En la zona del valle de Tena, el abánico es enorme. La elección nuestra, fue el barranco de sia o del puerto.
Partiendo de Gavin, una vez pasado el pueblo de Yesero, (siempre, sin abandonar, la carretera principal), nos encontraremos un puente, el cauce que cruza dicho puente es el de nuestro barranco, el barranco de Sia.
Antes de cruzarlo, dos pistas, claramente definidas. Una ascendente, es el camino de aproximación, y una descendente, que nos puede servir de parking. Nos equipamos e iniciamos la subida. No tiene pérdida, es, subir y subir y subir, hasta encontrar una cabaña que hace las veces de refugio. Calculad, una hora y algo de subida. Al llegar a la cabaña, a sus pies, está el cauce del barranco.
(Carlos bajando en el R35 final)
Que bonito lugar, es un privilegio para los sentidos. Durante la subida advertimos, el caudal, abundante, pero totalmente prácticable. Nos equipamos, y “como niños chicos”, locos, por meternos de lleno en este bonito barranco. De carácter alpino y abierto, esculpido en “flysch”, estamos en un lugar de una belleza espectacular.
En el cauce mucho tronco formando presas naturales en las recepciones de algunas badinas, nos informan del alto caudal que en otras ocasiones, ha debido pasar por aquí. Las instalaciones aceptables, pero antiguas. Y algún pasamanos, en estado deplorable. Aunque al ser abierto, da la opción de ser destrepado, con astucia. Si fuera necesario.
Las primeras rampas, y cascadas, ya nos despiertan esa pequeña dosis de adrenalina. Lo que en realidad buscamos. Algún destrepe, y tramos a pie, que se mezclan con la toba, y el flysch de las paredes del barranco. Precioso.
Más cascadas, y “gradas” se suceden en su recorrido. Gradas formadas a base de grandes paneles que estan en medio del cauce, es muy curioso. El barranco transcurre, mostrandonos, su enorme belleza, cuando de repente, tras un par de leves saltos de agua, encontramos el mayor aliciente del mismo.
El barranco se abre, girando hacia la izquierda, y una precipitación del salto de agua, primero en rampa, y después en un precioso volado, que nos lleva a disfrutar de todos nuestros sentidos, en un rapel de una increible belleza.
Unas fotos espectaculares, y desde abajo, unas vistas, que no nos dejan indiferentes. 35metros, y un paraje lleno de magia, y especial energía. Bajo y Carlos me sigue, ambos gritamos, en el descenso de este magnífico rapel, y lo disfrutamos a tope. Una vez abajo, disfrutamos de la poza de recepción, y de la fuerza de la naturaleza. Es dificil describir el lugar. Tras un leve descanso, lo abandonamos, y seguimos por el cauce, que permanece, encañonado.
La primera vez, que vemos una posibilidad real, pues el mismo se abre. Por la derecha, hay una posibilidad de ascensión, la cogemos, en cinco escasos minutos, estamos en el camino de aproximación, que ahora, es el de retorno. Media hora más tarde, estamos de nuevo en el vehículo.
Descansaremos un poco. está tarde, Jesús andará por aquí, y seguro que tiene preparado algo….

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