domingo, 16 de mayo de 2021

Grallera del Carabasser

Cuando se nos mete una cosa en la cabeza, es complicado volver al punto de inicio. Así que no queda otra que ir a hacer, lo que tienes que hacer. Con esa idea nos fuimos a conocer la Grallera del Carabasser, una emblématica y alpina sima, que esconde algún secreto que otro y que fue descendida por primera vez en 1930 por un grupo de amigos y un puñado de cuerdas. 90 años después, si lo piensas fríamente, no ha cambiado mucho la cosa.

(Foto de grupo tras finalizar la sima. Con los compañeros del @giressesrovires)

Algunos salimos temprano desde casa, apetecía dormir bien ese día. Otros sin embargo se fueron a dormir al punto de encuentro, lugar donde empezaba la ruta para subir a la Grallera del Carabasser, que  como muchos saben también, es conocida como el Avenc dels Escaladors. Este nombre, le fue  adjudicado por ser descubierto por unos escaladores, que se adentraron en él, allá por el 1966, pensando que era la primera incursión.

(vista parking mirador de Gresolet)

Os recomiendo que leáis la historia del mismo en la web de www.espeleoindex.com. 

La sima, se encuentra en uno de los macizos más famosos de Catalunya, la Sierra del Cadí. En su enforcadura y despues de superar una exigente tartera, podremos acceder a la base del mismo. Se encuentra en una grieta situada en la base de la pared, a la cual accederemos tras superar una pequeña grimpada, que si bien no es exigente, se encuentra equipada, lo que facilita el acceso.

(Vistas de la enforcadura del Pedrafoca)  

Vista la configuración de la sima, nos llevamos 1x50, 1x60, 1x40, 2x20 (el pingo de por si aca...), 30 mosquetos y un equipo de spitar por si las moscas. La sima está equipada prácticamente en su totalidad con parabolt, menos algún expansivo en el último tramo de la cavidad.

Las chapas de spit, que subimos no hicieron falta para nada. Menos en un punto, que reforzamos una cabecera de un pozo, fue la única que utilizamos. Colocamos la chapa, el spit ya estaba puesto. Con la mochilas cargadas y mentalizados del largo camino hacia la enforcadura, nos pusimos en marcha. Lo mejor es aparcar en el Mirador Gresolet (42.24730142996464, 1.7227534667122077) y dirigirse hacia el Refugio Lluis Estasen, de ahí coger el sendero que nos conduce al inicio de la tartera para subir por la misma, hacia el Pollegó inferior del Pedraforca.

Sobre los números de la aproximación, es bueno tener presente, que hemos de superar una distancia de 700m de desnivel positivo en 3000m de longitud y evidentemente, misma distancia a la vuelta, que sin duda, es peor. Otro dato que creo interesante, es comentar que es una cavidad fría, por lo que si o sí, se recomienda mono interior y por supuesto si tienes intención de hacer una parada larga, es mejor llevar un buen punto caliente. 

 

(El tramo final es el más exigente, aunque sin duda, la bajada desgasta mucho más)

La sima la encontramos a 2210msnm, por lo que como se ve en la imagen superior, prácticamente hay que llegar a la enforcadura. Cuando empiezas a subir, parece más asequible, pero esa sensación de: Está ahí! y no llega, te acompaña. Pero, al final se llega.

Una vez localizada la entrada, preparamos el material y nos dispusimos a entrar. La subida a la entrada de la sima, es bastante peculiar, pues se encuentra ubicada como dije anteriormente, en la parte baja de una gran pared, como se ve a continuación. A pesar de que la entrada, se ve diminuta desde abajo. Al llegar arriba es cómoda y tiene buenas dimensiones.

Nosotros, algunos subieron con petate grande de espeleo, otros con mochila de montaña , otros con mochila de barrancos y cada uno se gestionó, para subir el material que le tocaba. Una vez montados los petates, subimos el material sobrante y lo dejamos colgado en la boca. Hay sitio.

Mi opción, fue un viejo petate de barrancos de 45 litros. Al llegar arriba, monté mi petate de espeleo y al lío.

(Preparando material)

(Accediendo al inicio)

Nada más empezar nos encontramos el primer P34, cabecera con doble parabolt y un desviador a escasos metros de la salida, limpio bajaremos hasta el fraccionamiento en misma pared y de ahí al suelo, para aterrizar en una maravillosa y jodidamente resbaladiza montaña de guano. 

 

(¿si caes sobre una montaña de guano, estás...guaneando?)

Lugar habitual frecuentado por los grajos y esá montaña de la imagen de arriba, da buena muestra de ello. Con el 50 perfecto. 



(Secuencia del pozo de entrada P34)

Vimos alguna señal de haber puesto algún multimonti, quizás es buena idea para alguna aproximación a cabecera, pero no es esencial. A continuación y tras remontar y descender por una zona estrecha, llegamos a la cabecera del P21. Desde aquí y al final instalamos un 60 y tuvimos que ajustar mucho los fraccionamientos para llegar, un poco justos. Mejor un 70. La cavidad es preciosa, es bonita, fría y tiene un desarrollo cómodo, para llegar hasta la cota de -80m que es la que se había conocido desde siempre. En 2008 el GEB inicio la exploración por una ventana situada en altura a 4m, de la cota que indico y se consiguió el desarrollo hasta -166m progresando por el "singular" por llamarlo de algún modo Meandre Arale.



(Progresión en tramos finales)

Una vez en el final amable de la cavidad, nos dispusimos a recorrer la parte descubierta por el GEB en 2008. Aquí parte del grupo, decidió no acceder a este tramo de la cavidad, así que cogimos algunas cuerdas, algo de material y nos adentramos a conocer la otra parte de la sima.

Hay que reseñar, que esta parte de la cavidad que conduce a un meandro desfondado y al que se accede por una cuerda roñosa atada a una chapa y con una grimpada fácil, en el primer pasito estrecho, ya ves donde te vas a meter. La saca se atasca y empieza el barro. Es otra cavidad totalmente distinta. Pasos del estilo del destripamonos de Alba y meandros desfondados con cuerdas llenas de barro, donde la progresión, es compleja y bastante dificultosa.

La progresión es lenta y los petates se atascan a cada dos por tres, no es cómoda, ni amable, ni bonita. Se llega al pasamanos (zona un poco más amplia que te permite descansar un poco), por el cual, no hay que ascender, si no que la progresión continúa en horizontal y en el mismo sentido, con tendencia descendente. 

Nuevos pasos estrechos que se pueden pasar en vertical, en los cuales cabe el cuerpo y el casco debe buscar la forma de pasar. Pero se hacen bien, con un poco de trabajo, luego llegamos a una zona trabajada por un tubo de presión y las paredes se ensanchan. Nos reunimos y  ya empiezan a surgir algunas dudas, por que aquello parece que no se acabe nunca y el puto petate, parece que haya sido concebido para atascarse.

Ya habíamos decidido que no ibámos a intentar hacer el paso del Ángel, pero al menos queríamos llegar y echarle un vistazo. Un poco de ánimo y seguimos avanzando, tras un paso, que debes pasar un poco en horizontal e inclinado, encontramos unos expansivos algo antiguos y unas piquetas en el suelo. Vaya, ahí está, el pozo de las nogueras. Lo equipamos, lo descendemos y alguno se acerca a mirar el paso del Angel, más por curiosidad, que por otra cosa.

Tras pensar un poco en los de fuera, damos por terminada la visita, e iniciamos la vuelta. La cual se hace a un ritmo algo más rápido pero con los correspondientes atascos de saca. El material está a tope de barro y hay que vigilar que el puño coja bien, al pasar los pasamanos del final, por que no agarra nada. Ese último tramo de vuelta, nos desgasta bien.

Una vez, de vuelta en la cota 80, hay que descansar un poco, el meandro de los coj.... nos ha reventado un pelin. Los compañeros que esperaban habían montado un punto caliente, pero a pesar de eso, el frío va calando. Recogen y van tirando.

Nosotros comemos algo y poco a poco, vamos saliendo con mucho ojo, el barro hace que los cacharros no vayan como es habitual, el pantin no funciona y el resto con cuidadin. Al final todos fuera,  con una buena mezcla de barro y guano, viendo dos cavidades totalmente distintas.

 
(últimos metros, terminando una parte de la actividad)
 

Al final material recogido, foto de rigor y pateada de san cristo bendito bajando. De nuevo hasta el mirador del Gresolet, cargados con las cuerdas y una buena dosis de barro en las mochilas, la bajada se hace larga, pero contentos.

Nos gustó? Si. Algo faltó por recorrer, pero,... esa fue nuestra visita.

(En la salida, satisfecho con la actividad)

Visitada por Ton, Ruben, Cubi, Sergio y Sergi.

Fotos de Ruben, Sergio y Sergi.

Si te ha sido útil esta info y quieres dejar algún comentario, será bienvenido.

Saludos,


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