miércoles, 2 de agosto de 2023

TRAVESÍA SR7 - SI44. Sistema del Hayal de la Ponata.

Desde que me hablaron de esta travesía, tenía ganas de hacerla. Conocer el sistema del Hayal de la Ponata, el sistema SHP. Se ubica en terreno ya visitado en épocas anteriores, la Sierra salvada.

Este sistema, poniendo de relieve un poco su historia, es un hito en lo que se refiere a exploración. Los clubs alaveses han dedicado miles de horas bajo tierra, para explorar una red que hoy en día alcanza más de 70kms.

Sin explayarme mucho, pues aquel que quiera conocer su historia, puede alucinar con esta grandísima gesta, nos centraremos en la travesía que discurre entre la SR-7 y la SI-44.

Distancia entre bocas en línea recta 3,06 kms

Acceso por Añes, situación bocas en Sierra Salvada

Empezaré, por el acceso. Nos comentaron que la mejor subida era por Salmantón, pero alojados donde estábamos, en el fantástico albergue de Villalba de Losa, nos fue estupendo subir por Añes y acceder a la primera de las bocas, la SR-7.

Una vez allí, fuimos con Jorge, Rafa y yo mismo, a buscar la boca de salida, la SI-44. Aparcamos los coches, localizamos la tapa de alcantarilla de la SI-44 e instalamos el pozo de salida con una cuerda de 20m, es un P13. Se verificó que los pozos siguientes, venían con cuerda y salimos. Dejamos la tapa, medio abierta con unos troncos, pues si la dejas cerrada luego cuesta bastante abrirla y dejarla totalmente abierta no es de recibo, hay mucho animal por la zona.

SI-44 43.008915, -3.085736 PK 43.008119, -3.087796


La instalación a dos árboles y un fraccionamiento que ya está puesto con químico y anilla. Algo más abajo un desviador en fijo.

Instalación lista

En la mítica boca de la SI-44

Jorge se anima y baja a instalar el P13 de la SI-44

Una vez hecha la faena cogemos un coche de vuelta y vamos a buscar al resto de compañeros, que nos esperan en la proximidad de la SR-7. La idea es tomárnoslo con calma, pues hemos recibido una información que nos facilitará bastante las cosas. La sima está instalada por la Ertzaintza. Con lo cual, nos ahorraremos la instalación y desinstalación de la misma. Normalmente esto, no es así, la sima no suele estar instalada, hoy sí.

Nos equipamos y vamos para adentro. Entramos a las 11h, un grupo de 6 personas, con equipos y una única cuerda de 40m, por seguridad. Aunque con 1x25m habría sido suficiente.

SR-7 43.017809, -3.121389 PK 43.018130, -3.120783

Entramos a través de una dolina cercana al punto de Parking y rápidamente se suceden los pozos, que como dije previamente, hoy nos los hemos encontrado instalados. Así que nos lo tomamos con calma, disfrutamos y vamos tirando fotos.

Parte del equipo, preparado para entrar

Dos primeros pozos pequeños, a los que le sigue un cómodo meandro y un P4, seguido de un P15. A posteriori, un pasamanos con cable y nos encontramos el primer P30, con desviador en fijo cuya recepción es una badina, poco evitable, con agua a nivel del pecho o un poco menos.

Raquel en los tramos iniciales
Meandros de entrada
Antonio bajando el P15

En esta travesía nos vamos a encontrar agua desde el principio, por lo que nosotros optamos por ponernos el neopreno ya de entrada. Hubo diferentes combinaciones, la que escogí, creo que resultó bastante adecuada. Neopreno de 3mm peto, con Camiseta de 2mm, el cordura lo llevaba en bolsa estanca (una bolsa de plástico, dentro de otra más gruesa, con una goma. Poco peso, bien cerrada, no entró ni gota). En la base de los pozos me puse una chaqueta de 5mm para pasar la zona sifonante y me la dejé puesta hasta el E23. Luego, quitar chaqueta de neopreno, poner cordura seco encima del 3mm + la camiseta y progresar así hasta el final de la trave. Perfecto.

P30, descenso y recepción

Las instalaciones están correctas, con doble anilla para poder realizar el descenso en técnica de barrancos. Llegamos al P45, el cual está fraccionado en dos tiradas con repisa intermedia y a continuación el P25 final.

Repisa intermedia en P45, baja Jorge y vistas desde recepción P25

Los pozos se han sucedido rápido, tirando fotos y disfrutando de la bajada. En este punto, juntamos al grupo y comenzamos progresión en dirección al paso sifonante, el cual recibe el nombre, de las Termas de Borisan. Rápidamente llegamos y comprobamos que el paso está abierto y con la cuerda guía, no hay que pensarlo mucho, el agua no está muy fría aunque esto es algo subjetivo, como sabemos. En nada, todos hemos pasado el sifón, con estilos muy variopintos, pero sin problemas.

Rafa pasando el sifón, cual Godzila en busca de su presa

Progresamos por el río Kobata y quedamos como no puede ser de otra manera deslumbrados, por los pasillos que nos vamos encontrando en nuestra progresión, una galería desfondada, algunas dudas, zonas de meandros, tirolinas que apetece más pasar por el agua, que colgado como un mono, pero cada uno escoge su estilo y vamos avanzando.

La travesía muy bien balizada. Se puede tener alguna duda lógicamente, pero si mantienes una atención sobre lo que te ocupa, será complicado extraviarse.

Pasillos del río Kobata

Avanzamos en un curiosa mezcolanza de tramos acuáticos, pasillos esculpidos a golpe de gubia y sectores fósiles que pozo tras pozo, nos conducen al encadenamiento de un P3, un P4, y llegamos al P10 entre bloques empotrados, que desemboca en una amplia sala.

Sector Fósil.

Tramos de progresión en sector río Kobata

P10 y seguimos para bingo



Seguimos progresando en estos primeros tramos de este enorme entramado sistema y nos esperan 200 metros de progresión, un paso entre bloques y más adelante llegaremos a un pasamos algo expuesto, que nos conduce a la cabecera del P20.

En este punto apreciamos, algún anclaje que sufre de corrosión galvánica, pero siempre se ven reforzados por la incorporación de algún nuevo parabolt. El pasamanos, descendente y expuesto como reza en la reseña, nos deja en la cabecera del P20. La cuerda, en fijo, de este pozo está en unas condiciones límite. Nosotros la usamos, pero con el paso del tiempo y siguientes grupos, recomiendo instalar la propia. Está un poco tocada.


Paso a paso, descubrimos lugares increíbles en este sistema.
Antonio descendiendo el P20.

Casi sin darnos cuenta, estamos en la escalada del E23. Una gran sala, que nos hace dudar un instante, pero de seguida comprendemos que es para arriba, si o sí. Dos cuerdas en perfecto estado y nos cambiamos allí mismo. En ese momento, algunos se dan cuenta de que sus bolsas estancas no eran tan estancas y los monos interiores y demás, no estaban tan secos, como se esperaba.

Creo que es importante contar estas cosas, porque en una cavidad tan húmeda la condensación suele ser un factor importante. Una bolsa de basura, meter tus cosas dentro, cerrarla y meterla en la bolsa estanca bien cerrada, suele ser una muy buena solución.

Otras soluciones como una bolsa de basura, dentro de otra bolsa de basura más gruesa, resultaron ser muy eficaces. Me quité mi chaqueta de 5mm de neopreno y encima del peto de 3mm y la camiseta de 2mm algo húmedos, me puse mi cordura totalmente seco. Cuando me di cuenta, Rafa ya estaba arriba del E23.

Subimos por el pozo volado y arriba, nos dispusimos a comer. La cabecera y siguiente pasamanos del E23 están en buenas condiciones. Una parada y nos dio algo de frío, pero cuando todos habían comido, nos pusimos en marcha.

Como se suele decir, no siempre todas las actividades salen perfectas, por que ocurren cosas y ocurren básicamente porque cada uno somos hijos de nuestros padres y nuestras madres. Aquí la anécdota de nuestra salida…

En los grupos siempre hay de todo, algo normal, el más lento, el más rápido, el más “callao”, el que no calla ni debajo de agua, no es ni malo ni bueno. Simplemente es. También está el “despistao”. Pues en una de esas, el grupo empezó a avanzar sin perder en gran medida el contacto y en un momento uno se quedó un pelín rezagado y al avanzar, escogió el camino que no era. “Le puede pasar al más “pintao”, solo son anécdotas”. Todos nos despistamos en algún momento, todos.

El que cogió el camino erróneo, pensó que el grupo había avanzado muy rápido y empezó a tirar, tirar, tirar. Nosotros, por nuestro lado, vimos que nos faltaba uno y que a los gritos de “cushaaaa, andestássss!! Vieness yaaaa chiquillo???” pues no venía.

Decisión rápida, volver hacia atrás, ver el punto de intersección y comprobar que el “afamado espeleólogo” había puesto pies en polvorosa, en la dirección errónea. Pues bien, dos fuimos en su busca y nos llevó un buen rato de “apretar para cogerle” y cierta angustia, por el extravío y la situación.

Sirva la enseñanza, para no cometer este tipo de errores y aprender a no tomar decisiones equivocadas y a no separarse del grupo.

Se finalizó con unas risas nerviosas y alguna frase del tipo “pero andetasmetío Castañassss!!”. Las cosas no son perfectas y de este tipo de situaciones, sin duda, aprendemos todos.

Excéntricas en el interior de la cavidad

Ya todos juntos, progresamos en el sector, esta vez, del río Ponata y avanzamos, disfrutando de nuevas y espectaculares secciones de la travesía. Tramos de meandros esculpidos y zonas completamente fósiles, como la de las grandes galerías. Las horas van cayendo y este tramo se sucede casi sin darnos cuenta, pasamos las galerías desfondadas y estamos ya en el Kalahari y acto seguido en el Paso del Vizcaíno.

Progresión en río Ponata

Progresión en río Ponata
Zonas de concreción en tramos intermedios de la travesía.

Las horas se suceden y lógicamente, se tiran menos fotos, aparece el cansancio y las cabezas ya tienen ganas de salir, pero desde el sector del Paso del Vizcaíno, Paulova a la salida, aún queda mucho.

Estamos casi sin darnos cuenta en la galería atlética, una zona de pasamanos aéreos que traspasaremos haciendo uso de la técnica de oposición. En su tramo final, ha habido algún derrumbe, se han colocado nuevos anclajes y alguna cuerda que da seguridad a la progresión. La zona de derrumbe, con bloques inestables, me consta que en breve, será derruida mediante microvoladuras.


Tramos de progresión fósil y zona de meandros
Al inicio de la galería atlética.

Entramos en el último sector, el de la Paulova, con sus interminables galerías y sus estrechos meandros finales. Algunos decidieron pasarlos por arriba en oposición, otros por dentro y por abajo, intentando no rasgarse las vestiduras.
Leti en pasamanos ascendente, en sectores finales

Sea como fuere, este tramo final, físicamente supone un desgaste importante para todos. La progresión se ralentizó un poco y casi sin darnos cuenta, pinchamos con la galería que nos lleva a los pozos finales y a la salida por la Si-44.

Meandros antes de pichar en la galería izda. y diaclasa final.

Entramos en la galería izquierda y vamos ascendiendo por los pozos que nos conducen a la salida, pasamos el meandro y la diaclasa final, que ponen como digo la guinda al pastel. Tras once horas de travesía, salimos al exterior. Llueve.

Contentos en la salida por la SI-44, tras una travesía realmente bonita

Una vez que estamos todos fuera, felicitaciones y nos desplazamos hasta los coches, para cambiarnos rápido entre lluvia y rachas de viento.

Salir de la Sierra Salvada en esas condiciones, con los vehículos, costó un poco más de lo habitual, terrenos mojados, bastante niebla, un plus más de aventura.

Esta travesía mítica de la Sierra Salvada, nos ha gustado mucho a todos. 6,5 kilómetros y unos 250 metros desnivel, quizás no reflejan todo lo que alberga en su interior, pero dando mi opinión personal, diré que no me ha defraudado en absoluto. Sin duda, es recomendable, para todo aquel, que quiera tener una pequeña visión del gran sistema en el que se ubica.

Ha sido un auténtico placer compartir esta actividad con mis compañeros. Gracias a Rafa, Leti, Antonio, Jorge y Raquel, la experiencia no habría sido la misma sin ellos.

Fotografía de Antonio, Rafa y Sergi.
Visitada 29 de julio de 2023.

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